La Cocina Vieja - Carneros, León

Rafa A.

Este sitio es auténtico! Que maravilla!!

La atención de Roberto es fantástica, ameniza la comida con historias de la región, anécdotas varias y recita. Roberto tiene una conversación deliciosa. Algo socarrona y gamberra. No solo es lo que comes, es la experiencia.

Si hablamos de la comida, no le va a zaga. Todo está delicioso, tiene el toque de quien disfruta con su oficio. Materia prima de primera y elaboración con maestría.
Comimos, sopas de ajo y sopa de trucha para empezar; continuamos con unos callos y cerramos, antes de los postres, con dos chuletas de 500g. Todo excepcional. De postre, natillas, flan de queso y tarta de dos chocolates.

Un descubrimiento y un lugar al que querer volver.

nuria G.

Descubrimiento para ir y repetir!

Es toda una experiencia, tanto culinaria como cultural.
El restaurante es una cocina vieja de la zona, llena de detalles.
Una plancha, una madera de las de lavar la ropa cuando se hacía en el río, e infinidad de objetos dignos de un museo etnografico.
Desde que entras por la puerta, Roberto te hace sentir en casa, y te acompaña con historias, leyendas, refranes y recomendaciones.

Hemos venido a comer, así que no dejamos de lado la excelente comida de la tierra.
Infinidad de platillos, y dos menús uno con parrillada o lubina y el otro con chuleta de ternera.
Nosotros comimos el menú tradicional con la parrillada.
La parrillada una buena ración y si se quiere repetir de alguna cosa, no hay problema.
En nuestro caso no pudimos resistir os a repetir de chorizo.
Una ensalada tradicional de lechuga, tomate y cebolla es un estupendo acompañamiento.
Un fantástico detalle es que la aliñas a tu gusto, con un vinagre artesano que quita el sentido.
Y no os he hablado de las sopas. Pedimos una de truchas y una de ajo. Puedes hacerlas picante a tu gusto. Un muy buen detalle es que no pican si no quieres.
Repetiremos seguro, os lo recomiendo.

Mayte M.

El dueño, encantador. Poeta y culto. Te cuenta historias fantásticas. La comida fue increíble. Íbamos de viaje y por el camino hicimos la reserva, 6 personas. Sin ningún problema. Un sitio muy peculiar, acogedor y pequeñito. Comimos sopa de truchas, mi hija solo la quería probar y le dio un cuenco de barro lleno para que la probara. Parrillada y chuleta de 500grs. Ensalada. Unos postres caseros increíbles y unos cafés. Mi marido le pidió una copita de vino de la tierra y al comentarle que era el que bebía un primo, el dueño nos dio una botella de vino para que nos la lleváramos. Al mayor le dijo que antes de la chuleta, comiera un poco de pimiento picante y le dijo que estaba buenísimo y le envolvió unos pimientos para que se los llevara a casa.
De verdad que es increíble este hombre.
Sin duda, cuando volvamos comeremos otra vez aquí.
Lo recomiendo 100%.

Alfonso F.

Esa comida de casa, esa calidad, y ese trato de hospitalidad, sobran las palabras, un lugar pequeño y acogedor para disfrutar de la comida y la compañía. Gracias Roberto por hacernos sentir como en casa de un amigo.

Alicia S.

Comer en La Cocina Vieja es toda una experiencia, no solo por su extraordinaria comida sino también por su carismático dueño Roberto, todo un contador de historias, refran
es y canciones al que disfrutas escuchando entre plato y plato, como un ingrediente más de los ricos platos que te ofrece: la sopa de trucha y la lubina, deliciosas y el pastel de queso, una delicia.

Alicia E.

Sin duda cuando pasemos por Astorga tenemos una cita más que obligatoria. Fuimos allí por recomendación y el caso es que fue de imprevisto ya que no contábamos pasar por allí y no teníamos reserva. Cuando llegamos nos dijo que no teníamos sitio ya que tenía todo reservado y cuando nos íbamos a ir nos dijo que no, que de ninguna manera, que ya vería como nos hacía un hueco y así fue. Comimos muy bien, comida excelente y unos postres espectaculares. Pero sin duda lo que más nos gustó, si cabe, fue el trato más que familiar.
A parte de todo esto el sitio es muy bonito.
Recomendable 100% 😊

Gema U. (. R. 6.

Hemos llegado por recomendación de un amigo y ha resultado ser un buen amigo.
El lugar es diferente y acogedor, rústico en madera con aperos y detalles antiguos.
Su dueño Roberto es alegre y poeta entre otras facetas que seguramente tendrá. Hemos pedido dos sopas de ajo, una de trucha y una de morcilla y estaban muy bueno todo.
De segundos acompañados de una lechuga dos de tocino, churrasco y chorizo que estaba bien y dos de chuleta con muy buen sabor aunque un poco tiesa para nuestros dientes una pena porque lo demás todo bien.
Para repetir.

Maria M.

Acogedor y con una bonita decoración tradicional.
Roberto es un anfitrión excelente qué ojalá no pierda nunca su esencia.